Contenidos
- 1 Tu mentalidad y autoestima determinan el futuro de tu emprendimiento
- 2 Introducción
- 3 Autoconcepto y autoeficacia
- 4 Autocrítica limitante y autocompasión
- 5 Mentalidad de abundancia y mentalidad de escasez
- 6 La resiliencia marca la diferencia
- 7 Impulso interno: pasión vs deber
- 8 Toma de responsabilidad total
- 9 Escucha mi PodCast
- 10 Conclusión
Tu mentalidad y autoestima determinan el futuro de tu emprendimiento
Introducción
Arrancar y lograr que tu emprendimiento sea exitoso requiere de mucho más que una buena idea, dinero o un buen producto o servicio. Tus capacidades internas son igual de importantes o incluso más importantes que los factores externos que debes trabajar.
En el mundo empresarial y la vida del día de hoy, tendemos a centrarnos únicamente en los aspectos técnicos y prácticos de lanzar y hacer crecer un negocio. Sin embargo, solemos pasar por alto la importancia de la mentalidad y la autoestima del emprendedor, siendo ambos conceptos factores fundamentales y determinantes de un emprendimiento.
Tener una mentalidad positiva y una alta autoestima no son solo rasgos deseables, sino elementos fundamentales que determinan en gran medida el rumbo y el potencial de cualquier proyecto.
La forma en que nos percibimos a nosotros mismos, la confianza que tenemos en nuestras habilidades y la manera como nos enfrentamos a los desafíos, tienen un impacto profundo en cada decisión y en cada paso que damos hacia el crecimiento.
En este artículo, exploraremos cómo la mentalidad y la autoestima del emprendedor influyen en todas las facetas de un negocio y determinan el rumbo y escalabilidad del proyecto. Aprenderás estrategias prácticas para cultivar una mentalidad emprendedora resiliente y para desarrollar una autoestima sólida que te impulse hacia el éxito.
Descubre cómo estas habilidades internas pueden ser el factor decisivo que lleve tu emprendimiento al siguiente nivel.
Autoconcepto y autoeficacia
Cómo nuestra autopercepción moldea nuestras acciones y resultados
La psicología ha demostrado la enorme influencia que tiene nuestra autoimagen y las creencias o lo que pensamos acerca de nosotros mismo, pues dependiendo de esa autopercepción será nuestra manera de reaccionar y afrontar las experiencias.
Un emprendedor que se percibe a sí mismo como una persona capaz, creativa y exitosa, atraerá mucho más fácil oportunidades a su emprendimiento, pues mostrará de manera natural confianza y seguridad al momento de relacionarse.
Por otro lado, una autoimagen deteriorada y llena de dudas frente a las capacidades que tenemos para sacar el emprendimiento adelante, se verá reflejada rápidamente en procrastinación, malas decisiones y en baja resiliencia frente a la crisis.
Desde muy joven tomé la decisión de emprender y desde la experiencia que me han traído todos “los fracasos” puedo decirte que no fue hasta que cambie mi autoimagen que pude realmente empezar a ver resultados positivos en mis emprendimientos.
Fortalece activamente la confianza en ti mismo y enfoca tus pensamientos en tener un diálogo positivo que te permita apalancarte en tus fortalezas minimizando tus debilidades.
Si lo deseas, puedes leer el artículo “5 hábitos mentales para manifestar realidades” en donde te explico con mayor profundidad como utilizar el poder de tu mente.
Autocrítica limitante y autocompasión
El diálogo interno: nuestro mayor activo o pasivo
Otro elemento que juega un rol definitivo al momento de hablar de emprendimiento o de la vida misma, es la forma en que nos hablamos a nosotros mismos frente a las adversidades, experiencias difíciles o situaciones inesperadas. Un emprendedor exitoso domina el arte de cultivar un diálogo interno motivador, positivo y enfocado en superarse.
La investigación de la Psicóloga Kristin Neff demostró los efectos nocivos de la autocrítica destructiva y encontró que cuando nos hablamos a nosotros mismos de manera negativa, nuestro sistema de recompensa cerebral se paraliza y por consiguiente caemos en la procrastinación, la desmotivación y desilusión de nuestro emprendimiento y de nosotros mismos.
Por el contrario, cuando nos hablamos con cariño, comprensión y respeto, se activa la zona prefrontal del cerebro, potenciando la creatividad, la resiliencia y la toma de decisiones basadas en valores y motivaciones conscientes.
Los mejores emprendedores comprenden que el autoengaño es una realidad del día a día y por lo tanto, ponen en perspectiva sus errores y dan lugar al aprendizaje.
En mi caso, aprendí a decirme cosas como: “Diste lo mejor de tí”, “Seguimos aprendiendo” “cada vez lo haremos mejor”, etc.
Sé consciente de tu voz interna y sé tu propio entrenador emocional, llevándote de la mano con amor y compasión cuando se presenten dificultades.
Mentalidad de abundancia y mentalidad de escasez
La profecía autocumplida de atraer lo que crees merecer
Otro elemento fundamental al momento de hablar de emprender y de avanzar hacia nuestras metas y sueños es nuestra mentalidad.
¿Tienes una mentalidad de abundancia o una mentalidad de escasez?
Nuestras creencias más profundas suelen convertirse en una profecía autocumplida, atrayendo ya sea recursos que aporten a nuestro proceso de transformación o por el contrario limitándonos y manteniéndonos presos de nosotros mismos.
A lo largo de los años y de mi camino como emprendedor he aprendido a tener una visión optimista de la realidad, especialmente cuando la vida “se pone difícil”, pues es justo ahí en donde están las mayores oportunidades.
La mentalidad de abundancia expande las posibilidades creativas y te lleva a conectarte con las oportunidades que se ocultan detrás de los problemas, abriéndote las puertas de la abundancia y llevándote a vivir la vida de una manera diferente.
Emprende desde una sensación interna de merecimiento y de grandeza, en vez de hacerlo desde el miedo y la incertidumbre de poder hacerlo, pues cuando tu mentalidad se fortalece y te entrenas para alcanzar tus metas, la vida se alinea a tu frecuencia y sin duda podrás conseguir lo que deseas.
Recuerda siempre esto: “Tu estado interno es como un imán o cómo un repelente”
Domina tus patrones mentales y construye un modelo de pensamiento merecedor y abundante.
La resiliencia marca la diferencia
No tengo ni idea de cuántas veces me he caído y cuantas veces “he fallado”, pero sí sé que siempre he sabido levantarme y he analizado en profundidad mis errores.
La adversidad y las dificultades son parte de todo emprendimiento y siempre aparecen situaciones retadores y obstáculos que amenazan con acabar con el proyecto, y es ahí, justo ahí donde la resiliencia marca la diferencia.
Aquel que se enfrenta a la vida desde una perspectiva positiva y resiliente enfrenta los problemas como oportunidades de aprendizaje y crecimiento.
Los obstáculos suelen ser señales fuertes y claras de los aspectos a mejorar y aquel que tiene una mentalidad flexible y enfocada sabrá redirigir su rumbo hacia mejores resultados y oportunidades.
Nunca se trata de rendirse o de irse por caminos más fáciles, se trata de ser resiliente y aprender a navegar las turbulentas aguas que se interponen y evitan que logremos llegar a destino.
Las personas que no trabajan la resiliencia se ahogan en sus propios pensamientos catastróficos y derrotistas, pronosticando el fin del emprendimiento y reafirmando su propia incompetencia.
Por eso, debes cultivar activamente tu resiliencia, entrenando tu mentalidad y siendo un maestro emocional de tu sistema interno, pues estas con las herramientas más poderosas que tienes para poder avanzar hacia donde quieres.
Impulso interno: pasión vs deber
El combustible eterno para persistir proviene de una conexión emocional interna
¿Qué mantiene en movimiento al emprendedor aún en épocas de escasez?
En mi experiencia y en la de varias personas que se han cruzado en mi camino como emprendedor, en todos nosotros hay una fuerza interior inagotable que nos motiva a continuar y a seguir emprendiendo.
Esa fuerza es la pasión, esa energía interna que nos mueve desde lo más profundo del ser y nos motiva a marcar una diferencia, a dejar una huella en nuestro mundo y en la vida de los demás.
Aquellos que se motivan sólo por razones prácticas, técnicas o monetarias, suelen ceder mucho más rápido y abandonar el emprendimiento, pues su motivación depende solo de factores externos y no de sus impulsos internos.
Esa llama interior que se enciende cuando estás empezando un emprendimiento debe prevalecer a lo largo del tiempo, manteniendo encendida la chispa que te enamoró inicialmente y te hizo iniciar ese proyecto, pues ese es el verdadero combustible que te llevará a conseguir resultados independientemente de los factores externos.
Y sí, claro que sí. Los resultados externos son esenciales, pero empieza a verlos como una consecuencia de lo que está pasando dentro.
Domina tus emociones y encuentra esa poderosa razón interna que inevitablemente te llevará a dar lo mejor de ti y lograr lo que te has propuesto, teniendo siempre en cuenta el motivo real y apasionante por el que has tomado la decisión de lanzar tu emprendimiento.
Toma de responsabilidad total
Los emprendedores exitosos no se victimizan ni culpan a otros
Por último quiero compartir contigo algo que en lo personal me costó bastante trabajo y que en muchas ocasiones aún me descubro cayendo en esta trampa.
Existe una característica más que considero primordial al momento de hablar de transformación y por supuesto al momento de hablar de emprendimiento, y eso es asumir una responsabilidad del 100%
¿Qué quiere realmente decir esto?
Nunca más culpar o responsabilizar a algo externo de los resultados que estás obteniendo.
Y repito, sé lo retador que puede ser esto, pues en todo momento las circunstancias externas afectan de manera negativa o positiva a cada proyecto, pero créeme, debes aprender a siempre asumir el 100% de la responsabilidad en todo lo que esté ocurriendo.
Es que el gobierno, es que la crisis, es que los políticos, es que la competencia, es que mi socio, es que, es que, es que.
¡Basta ya, tú eres el único responsable y depende en un 100% de ti conseguir lo que quieres!
Solo cuando entendí esto que te comparto empecé a notar cambios significativos en mi vida y en mis emprendimientos, pues asumí la responsabilidad y aprendí a salir adelante sin importar lo que estuviera pasando ahí afuera.
Esta postura de empoderamiento me permite controlar mi poder de influencia sobre las situaciones y me lleva a plantearme preguntas que me permiten seguir creciendo.
¿Cómo puedo mejorar mi enfoque?, ¿Qué habilidades nuevas necesito aprender?, ¿Cómo puedo hacer que esto funcione?
Victimizarse, quejarse o culpar a otros tiene un sólo destino: el estancamiento o en el peor de los casos el abandono del proyecto.
Todo gran logro comienza cuando decidimos que no hay espacio para el autoengaño y que somos absolutamente responsables de nuestros resultados en la vida y en nuestros emprendimientos.
Hazte dueño de tus resultados, por variados que estos sean, no busques culpables y céntrate siempre en encontrar soluciones y seguir aprendiendo.
Tus adversarios son en definitiva tus mejores maestros, por eso, agradece sus enseñanzas y actúa en coherencia.
Eres 100% responsable de materializar la abundancia y la prosperidad que sin duda mereces.
Conclusión
Como has visto, tu éxito como emprendedor no depende tanto de factores externos, sino de quién te conviertes internamente en el proceso o en otras palabras, tu mentalidad y autoestima determinan el futuro de tu emprendimiento
Tus creencias, diálogo interno, resiliencia y motivaciones determinan la calidad de decisiones que tomas y de cómo vas avanzando hacia tus metas.
No importa en qué punto estés hoy en tu trayectoria como emprendedor, siempre puedes reenfocarte en construir una mentalidad y personalidad que te permitan crecer y expandir tu emprendimiento.
Espero este artículo haya aportado a tu camino como emprendedor y a tu proceso de transformación y autoconocimiento.