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¿Cómo desarrollar autodisciplina y dejar de procrastinar?
Cuántas veces no aplazamos lo que nos prometemos y nos llenamos de excusas para no cumplir de manera efectiva con las tareas o proyectos que deseamos realizar.
Posponemos nuestros sueños y se nos van los días suspirando por una vida diferente.
Miles de veces me encontré a mí mismo mirando al infinito.
Esperando que por arte de magia las cosas ocurrieran por sí solas y que tal vez con algo de suerte mi vida tomará otro camino.
Soñaba con bajar de peso y tenía miles de proyectos en mente.
Deseaba emprender un camino diferente y cambiar varios de los hábitos autodestructivos que tenía en mi vida en aquellos tiempos.
Sin embargo, cuando llegaba el momento de actuar y de materializar esas metas y sueños , mi mente entraba en estado de resistencia.
Solo llegaban pensamientos que no tenían nada que ver con lo que me había propuesto.
La falta de enfoque y determinación eran evidentes.
Cada intento de crear algo nuevo y de cumplir con las metas deseadas era invadido por una cascada de pensamiento.
Las excusas autojustificadas que se interponían entre mi situación actual y mi realidad deseada eran frecuentes.
Simplemente no encontraba la manera de transformar mi vida y de conseguir lo que me proponía.
¿Te suena familiar? ¿te ha sucedido?
Fueron muchas las veces en las que tenía que estudiar para una prueba o debía preparar una presentación.
Muchas otras en las que deseaba empezar a incluir nuevos hábitos en mi vida, pero sin importar cuál era el caso, terminaba viendo televisión, navegando en redes sociales o simplemente observando como el tiempo pasaba y se me iba la vida sin obtener los resultados que tanto anhelaba y sin poder transformar mi vida.
Día tras día seguía aplazando la vida de mis sueños.
Seguía postergando lo que tenía que hacer y me sentía frustrado al observar que no era capaz de tener disciplina y cumplir con lo que me proponía.
Realmente deseaba emprender un nuevo proyecto o cumplir con alguna tarea específica, pero al parecer todo el universo conspiraba para que los distractores y la falta de motivación se interpusieran a toda costa en mi camino.
Fueron años en los que pospuse mis sueños debido a la falta de autodisciplina y el exceso de procrastinación, por más que deseaba cambiar varios aspectos de mi vida y completar algunos proyectos que me había propuesto, simplemente no entendía como lograrlo y la pereza acompañada de mucha frustración terminaba por ganarme la batalla.
¿Entonces, cómo podemos salir de esa zona de confort que se apodera de nuestra vida?
¿Cómo podemos desarrollar autodisciplina y dejar de procrastinar?
¡Vamos a ello!
“Tu cerebro es un holgazán”
Resistencia y autodisciplina
Tu cerebro siempre está en búsqueda de obtener el mayor beneficio con el menor esfuerzo posible.
Su prioridad será siempre el mantenerte a salvo y el ahorrar energía en todos sus procesos funcionales.
Cualquier actividad nueva o retadora irá en contra de su naturaleza ahorrativa y todos tus procesos bioquímicos y mentales se enfocarán en mantenerte a “salvo” en la temida zona de confort.
Esa es la resistencia permanente a la que nos vemos enfrentados a lo largo de la vida y contra lo que debemos enfrentarnos si deseamos lograr cambios significativos en nuestras vidas.
La resistencia busca a toda costa que las cosas se mantengan del mismo modo a cómo son actualmente.
Utilizará sus mejores armas y estrategias en pro de esa permanencia y reclutará a sus mejores aliados con tal de ganar la batalla.
El miedo, la pereza y la ansiedad se encargaran de distraerte a como dé lugar y sin darte cuenta habrás perdido la batalla incluso antes de comenzar.
Dependiendo de tus hábitos mentales, tu proceso de autoconocimiento y tu determinación por el cambio, será en mayor o menor medida la dificultad para salir victorioso del campo de batalla y encaminarte hacia la vida de tus sueños.
Así que sí, la batalla es contra esa resistencia, contra ti mismo y los mecanismos defensivos que tu organismo crea al verse enfrentado a nuevos retos que suponen un incremento en el gasto de energía.
Es contra esa resistencia que debes enfocar tus esfuerzos para salir victorioso y vencer al holgazán que ha estado controlando tu vida.
Para esa épica batalla entre tu cerebro y el deseo de transformar tu vida, cuentas con una poderosa herramienta capaz de acabar con esa resistencia y de ayudarte a conseguir y materializar las metas y sueños que deseas en tu vida.
Esa herramienta es la autodisciplina.
La autodisciplina en mi experiencia es un aliado fiel que combate rigurosamente y sin cansancio a la procrastinación, la desmotivación y todo aquello que se interponga en tu camino.
La autodisciplina te permite formar de manera exitosa nuevos hábitos que perduren en el tiempo y que estén alineados con lo que realmente deseas en tu vida, hábitos que te empoderen y te acerquen hacía esas metas y sueños que deseas en tu vida.
Cuando adquieres autodisciplina te enfrentas de manera directa a la resistencia, te confrontas contigo mismo y conectas con tus metas y sueños, enfocas tu mente y tomas acción sin importar lo que puedas estar pensando o sintiendo, simplemente haces lo que tienes que hacer sin importar lo demás factores que influyén en el proceso.
Lo anterior también introducirá coherencia en tu vida.
Empezarás a ser congruente entre lo que piensas, dices y haces, reduciendo aún más el nivel de resistencia que deseas dominar.
Hay que crear estrategias que te permitan combatir de manera efectiva a la resistencia, tácticas que venzan a la voz interna que se llena de excusas para convertirla así en una voz de aliento que te anime a aprovechar al máximo cada momento de tu día e ir construyendo esa vida que tanto deseas.
Te voy a compartir algunas de las estrategias que yo he utilizado en los últimos años para desarrollar la autodisciplina y dejar de procrastinar.
Quitar las tentaciones
Si realmente deseas lograr cambios en tu vida, concretar proyectos, crear nuevos hábitos y conseguir resultados, el enfoque es algo fundamental en tu proceso de desarrollo personal.
Centrar tu atención es la mejor manera para que todo eso ocurra.
Sin embargo, en este mundo moderno nuestra atención es atraída por múltiples estímulos y fuentes de información.
Somos bombardeados en todo momento y de variadas maneras con situaciones que se interponen en el camino de la realización.
Los amigos, las redes sociales, la televisión, los juegos, una llamada telefónica, el correo, una visita inesperada, todo parece llegar en el momento menos esperado y todo parece ser más llamativo en comparación con lo que deberíamos estar haciendo.
¿Qué podemos hacer?
Debes quitar todas las tentaciones posibles y despejar el camino para centrar tu atención en lo que debes hacer.
En mi caso, no volví a ver televisión durante el día.
En mi lugar de trabajo no tengo nada más aparte de mi computador.
Procuro revisar mi correo antes de mi jornada laboral y no contesto llamadas de familiares o amigos en ese tiempo que he decido dedicar solo a las tareas que me he propuesto terminar.
La organización ha sido un factor clave en el desarrollo diario de mis actividades.
Tengo horarios o franjas de tiempo específicas para cada actividad ha sido de gran utilidad.
Por ejemplo, cuando voy a hacer ejercicio me concentro solo en esa actividad.
Dejo a un lado mi celular y me desconecto del resto del mundo por ese periodo de tiempo.
Toda mi atención está puesta en ese momento en el que me voy a ejercitar.
Lo mismo ocurre al momento de trabajar.
De ser necesario avisaré a mis familiares y amigos acerca del tiempo en el que estaré ocupado.
En algunos casos simplemente ignoraré mi celular para evitar notificaciones o llamadas indeseadas o el caer en la tentación de navegar por alguna red social.
Cierra la puerta, baja las cortinas, pon el modo avión, utiliza audífonos, sea lo que sea que tengas que hacer, asegúrate de quitar todas las tentaciones que puedan distraerte y oblígate a hacer lo que tienes que hacer.
Con el tiempo, dejará de ser una obligación y la resistencia se irá poco a poco de tu vida.
Lleva una agenda con los horarios y las actividades que piensas desarrollar a lo largo del día.
Comprométete a cumplir cada una de ellas.
Diseña de manera estratégica tu día para que puedas tener un equilibrio entre tu vida laboral y tu vida personal.
Recuerda, se trata de tener enfoque y de concentrarte por periodos determinados de tiempo.
Si te organizas de manera eficiente ya tendrás tiempo para esas otras actividades de ocio y esparcimiento que también puedes hacer.
Organízate y enfócate eliminado todo aquello que no sea necesario en el momento.
Tan solo empieza
El primer impulso es el más difícil.
Levantarte de la cama es lo que más cuesta.
Tomar la decisión de ir al gimnasio es dónde está el verdadero reto, pero una vez das ese primer paso el resto se hace mucho más sencillo.
Aquel que sabe lo que quiere y tiene claros sus objetivos encontrará menor resistencia al cambio.
Encontrará más sencillo iniciar las tareas necesarias.
No es lo mismo tener que levantarse temprano para realizar algo que no te motiva a levantarse temprano para irte de viaje y realizar una actividad que realmente te emocione.
La inspiración y la motivación no llegan de la nada para como por arte de magia darte un impulso hacía lo que deseas, por el contrario, la motivación y la inspiración requieren de acción para hacerse presentes en tu vida.
La acción, la inspiración y la motivación conforman los pilares fundamentales para poner en marcha lo que debes hacer en pro de conseguir cumplir con tus objetivos.
Sin acción simplemente no ocurre nada, así que, tan solo empieza.
Da el primer paso y permite que el resto se dé por sí solo.
Permite que la motivación llegue gracias al haber iniciado esa tarea específica y que como consecuencia la inspiración también se haga presente.
Una vez que empiezas, el ciclo arranca y es mucho más sencillo continuar con el proceso.
Siempre se trata de vencer a la resistencia.
Se trata de sobrepasar esos primeros minutos en los que todo parece ir en contra.
Una vez lo logras entras en un flujo de trabajo ideal y empiezas a disfrutar del proceso.
Muchas veces no tengo ganas de hacer ejercicio.
Muchas veces no deseo comerme la ensalada que he preparado para mi almuerzo, pero sin importar lo que mis emociones dicten, simplemente me levanto para ejercitarme y cuando menos lo pienso estoy completamente motivado por haber vencido a la resistencia que mi cuerpo y mi mente presentaban.
No hay nada más gratificante que sentir la satisfacción por el deber cumplido.
El saber que con cada acción te acercas cada vez más hacía la vida de tus sueños.
Para mí eso es un motivador importante en la autodisciplina y en mis hábitos o rutinas del día a día.
La resistencia está presente en todas las áreas de tu vida.
Desde hablar con esa persona que te gusta hasta cambiar de trabajo para emprender en lo que realmente te apasiona.
Sin embargo, en cualquiera de los casos, una vez que te lanzas y das inicio, has vencido.
La resistencia desaparece y lo que deseabas hacer, ha dado inicio, simplemente emprendes tu camino.
Empiezas a darte cuenta de que no era tan difícil.
Hablar con personas nuevas es de hecho muy sencillo.
Con un plan y un verdadero deseo puedes emprender en un nuevo negocio.
Pero por favor, simplemente hazlo, tan solo empieza y hazlo.
Prioriza tu tiempo
Una de las principales excusas que todos solemos utilizar para evitar una determinada situación o persona, es la de no tengo tiempo.
Bueno, realmente eso no es cierto.
Por lo general, lo que realmente ocurre tras bambalinas es que aquello que deseamos evitar no está dentro de nuestras prioridades.
A veces es cuestión de tener una organización óptima.
No tenemos un plan que nos permita dar prioridad a lo que realmente es importante.
Si realmente quieres lograr resultados y conseguir cumplir con tus sueños y tus metas, debes darle prioridad a las actividades que están acorde con tus proyectos.
Aplaza aquellas actividades que pueden esperar o que simplemente no aportan a tu evolución o crecimiento.
Apóyate de una agenda, escribe en un tablero, haz un calendario a mano, pon alertas en tu celular.
No importa el método que escojas, lo importante es que puedas organizar tu tiempo y darle prioridad a lo que es realmente importante para ti.
Las listas de tareas pueden ser bastante útiles al momento de organizar tu día.
Lleva un registro de las tareas pendientes y realizadas en tu día a día, de ese modo puedes hacer un seguimiento a tu progreso.
Irás creciendo poco a poco hacía tus sueños.
No olvides que cada acción suma o resta.
Cada decisión te acerca o aleja de eso que deseas conseguir.
Así que asegúrate de plantear tareas que estén acorde a lo que deseas y que sean realizables y sostenibles en el tiempo.
Divide tus metas finales o generales en metas más pequeñas.
De este modo la resistencia será menor y el obtener resultados será más fácil.
Por ejemplo, en lugar de decir voy a bajar 12 kilos en 3 meses, proponte bajar 1 kilo a la semana.
Desglosa el plan con el cual vas a llevar a cabo esa tarea.
Puedes tal vez hacer 10 minutos de ejercicio al día y retirar las harinas de tu dieta.
Cuando te pones metas sencillas y alcanzables la recompensa por haberlo logrado reduce de manera significativa a la resistencia.
La motivación se convierte en un motor incansable en búsqueda de resultados y de mejora continua.
Literalmente te empiezas a convertir en una máquina productora de resultados.
Solo con el hecho de hacer tu lista de tareas estarás optimizando tu tiempo.
Le darás prioridad a lo que es realmente importante.
Busca siempre tu comodidad y utiliza las herramientas que tienes a tu alcance y que se ajustan a tu estilo de vida.
Lo importante es evitar las distracciones.
Saber el momento en el que debes iniciar la siguiente actividad.
Enfocarte en aquello que realmente aporta a la construcción de esa vida que deseas.
Locus de control
Dependencia externa y responsabilidad interna
Este punto es demasiado importante al momento de hablar de autodisciplina y de construir la vida de tus sueños.
En mi opinión, entender esto y llevarlo a la práctica es el verdadero inicio del cambio.
En psicología existe un término llamado el “locus de control”, un término que hace referencia a lo que crees tiene el control de tu vida.
Para quienes tienen un locus de control externo, la vida estará controlada por otras personas o circunstancias.
El gobierno, la crisis económica, las religiones, el vecino, el país donde nací, todos esos factores son externos a ti y son factores sobre los cuales no tienes control.
El crear una independencia de esos factores externos es el primer paso para responsabilizarte de tu propia vida.
Por eso, para quienes tienen un locus de control interno, la vida es el resultado de sus propias acciones y todo depende solo de ellos mismos.
En cada situación y relación de tu vida tienes la oportunidad de escoger entre la dependencia a los factores externos o entre responsabilizarte de todo lo que ocurre a nivel interno.
Puedes pensar cosas como: es que mi pareja sentimental siempre hace lo mismo.
O puedes pensar: ¿de qué manera puedo mejorar yo para que mi pareja tome otra actitud?
Puedes quejarte incansablemente de la situación de tu país.
Puedes quejarte del terrible tráfico que experimentas todos los días, o puedes buscar alternativas creativas para llegar a tu destino.
El punto está en tomar el control y responsabilizarte de tu vida.
Ejecuta las acciones necesarias para transformarte y así poder conseguir lo que deseas.
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Evita a toda costa la queja y el inconformismo.
Reemplázalo con optimismo y con creatividad para buscar las soluciones que te permitan avanzar hacia tus metas y propósitos establecidos.
Créeme, si quieres desarrollar autodisciplina debes responsabilizarte al 100% de tus acciones y de tu vida.
Si el entrenador no llega, debes igual levantarte para hacer ejercicio.
Si te fue mal en un examen, no señales al profesor, en lugar pregúntate si debiste haber estudiado más o que puedes hacer para mejorar tu rendimiento.
Cada vez que tomas el control de tus acciones y te responsabilizas de tu vida, las excusas desaparecen.
Te haces consciente de que la única manera de realmente lograr algo es haciéndolo por ti mismo.
Esto no quiere decir que no puedas recibir ayuda en el camino.
Puedes conformar un equipo de trabajo que aporte a tu camino.
Sin embargo, en cuanto a desarrollo personal, dependerá de ti el construir paso a paso el camino hacia lo que deseas.
No te apegues a lo que no puedes controlar.
Suelta aquello que no depende de ti.
Enfócate siempre en las acciones sobre las cuales puedes actuar.
Si hay algo que no puedes cambiar, no desperdicies tu energía intentando cambiarlo o quejándote sin sentido, simplemente suelta.
Cuando llegue una nueva idea o deseo a tu vida, observa tus pensamientos y fíjate si están llenos de excusas dependientes de lo externo:
Es que no tengo dinero, es que no tengo tiempo, es que no tengo pareja.
Si es así, cambia esa forma de pensar y piensa en maneras de ahorrar o conseguir dinero, en maneras de optimizar tu tiempo o en maneras de conocer más personas que aporten a tu vida.
Ten claro tu camino
Una poderosa fuente de motivación e inspiración, es el tener claro el destino al que te diriges.
Entender y visualizar de manera consciente y clara tus metas y objetivos, es fundamental para poder idear un plan lleno de propósito y estrategias que estén alineadas a tus sueños e ideales de vida.
Siéntate a hablar contigo mismo.
Haz un trabajo de introspección y autoconocimiento.
Descubre aquello que realmente te apasiona y empieza a estructurar un plan que te permita ir incorporando esas actividades con el tiempo y a lo largo de tu vida.
Planifica y ejecuta de manera eficiente aquello que has identificado dentro de ti mismo y que te mueve de tal manera que incluso lo harías de manera gratuita.
Estarías feliz de hacerlo.
Si por ejemplo tienes como proyecto el escribir un libro o artículo, plantéate metas cortas y sencillas que sepas puedas cumplir.
Puedes decidir escribir 10 minutos al día y sin importar lo que ocurra cumplirte a ti mismo con esa pequeña meta.
Cuando la resistencia disminuya o desaparezca, podrás incrementar el tiempo de trabajo o el número de sesiones por día.
En el momento menos esperado habrás terminado tu artículo y habrás introducido el hábito de la escritura en tu vida.
Puedes aplicar estos conceptos a cualquier área de tu vida e ir transformándote poco a poco, pero con la certeza de ir acercándote cada vez más hacia la vida de tus sueños.
Cuando tomé la decisión de bajar de peso y de llevar una vida saludable que fuera coherente con lo que quería en mi vida, no lo hice de un momento a otro y mucho menos esperaba obtener resultados de manera inmediata.
El organizar un plan de entrenamiento con horarios específicos, el contratar un coach deportivo para adquirir compromiso y el organizar mis comidas de tal manera que aquello que no debía comer estuviera lo más lejos posible, fue determinante para conseguir los resultados que me había propuesto y que requerían de un plan para lograrlo poco a poco y día tras día.
¿Por qué deseas bajar de peso? ¿Es solo por salud o por estética?
¿Por qué deseas emprender en un negocio nuevo?
¿Para qué quieres una nueva relación de pareja?
Sea cual sea el caso, pregúntate el por qué y el para qué de eso que deseas.
En muchas ocasiones deseamos algo porque alguien más lo tiene.
Hacemos algo porque alguien más nos dijo que así debía ser.
O en el caso de una relación de pareja, por el simple hecho de no querer estar solos.
Asegúrate de que aquello que deseas provenga de tu pasión y propio camino.
Construye un destino personal que esté alineado con tus deseos más profundos.
Aventúrate poco a poco ir acercándote hacia esa vida que siempre has querido.
Cuando dedicas tu tiempo a eso que te apasiona y enfocas tu energía, las horas pasan y el tiempo se desvanece.
Tú poder creador se potencia y el trabajo se convierte en un juego de niños.
Simplemente te diviertes y la resistencia es mínima.
Amas tanto lo que haces que el esfuerzo se convierte en inspiración y la autodisciplina en un hábito de tu día a día.
Conecta con tu pasión, potencia tus dones y talentos y construye desde ahí esa vida que realmente deseas.
Espero que este artículo sobre cómo desarrollar autodisciplina y dejar de procrastinar haya sido útil para ti.
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Un abrazo.