Contenidos
- 1 El objetivo de la meditación, ¿es no pensar?
- 2 Introducción
- 3 ¿Podemos dejar de pensar?
- 4 ¿Cuál es el objetivo de la meditación?
- 5 ¿Cómo podemos controlar los pensamientos durante una práctica de meditación?
- 6 La relajación durante la meditación
- 7 La concentración durante la meditación
- 8 La importancia de la meditación
- 9 Escucha mi PodCast
- 10 Conclusión
El objetivo de la meditación, ¿es no pensar?
Introducción
Hola y bienvenidos.
En esta ocasión vamos a hablar acerca de la meditación, particularmente sobre una pregunta que veo es muy frecuente entre aquellos que están empezando a meditar o que lo han intentado alguna vez.
¿La meditación es dejar la mente en blanco? ¿El objetivo de la meditación es no pensar?
Para mi la meditación es algo fundamental en el proceso de desarrollo personal, en la evolución de la consciencia y el crecimiento espiritual.
Sin embargo, muchos no entienden cómo y para qué se medita.
Existen muchas técnicas y prácticas meditativas, existen muchas formas de meditar, y quien recién se está iniciando en esta práctica, se puede sentir algo confundido con tanta información que hoy en día podemos encontrar.
Una de las mayores dudas de las personas que están comenzando a meditar es cómo eliminar los pensamientos o cómo dejar la mente en blanco.
¿Podemos dejar de pensar?
El fin de la meditación no es eliminar los procesos mentales, el fin de la meditación no es dejar de pensar.
Esto sería ir en contra de la naturaleza de la mente y de sus funciones de pensamiento, de sus funciones de conceptualización y organización.
Sería como esperar que nuestros pulmones dejen de respirar o que nuestro corazón dejara de latir, sería ir en contra de algo natural.
Lo que sí podemos hacer es cesar o apaciguar esa charla o ruido mental, podemos aprender a centrar la mente y a enfocarla en lo que realmente aporte a nuestra vida.
La mente, por falta de entrenamiento, se la pasa vagando entre el futuro y el pasado.
Nos dejamos abrumar por las preocupaciones del futuro o nos quedamos nostálgicos con los apegos del pasado.
Tendemos a identificarnos con las situaciones externas del día a día y con nuestros problemas, y se nos olvidamos de vivir en el momento presente, el único momento que realmente existe.
Por eso la meditación es importante, pues nos lleva al aquí y al ahora, nos ayuda a parar ese monólogo constante y a dejar de perder tanta energía mental en esa charla interna.
No podemos dejar de pensar y no utilizamos la meditación para dejar la mente en blanco y entonces te podrás preguntar:
¿Cuál es el objetivo de la meditación?
La meditación es un fin en sí misma.
La meditación nos lleva a reconciliarnos con nuestro mundo interior.
Pasamos gran parte de nuestro día viviendo la vida hacia lo externo, observando y analizando las experiencias cotidianas de nuestro entorno, solucionando y tratando de darle sentido a todo lo que ocurre fuera de nosotros.
Pero es muy poco el tiempo que dedicamos a observar dentro de nosotros mismos.
Por eso es que se dice que la meditación nos ayuda a compensar esos estímulos externos para hallar un equilibrio entre el mundo exterior y nuestro mundo interior.
Además, la meditación nos lleva a la experimentación directa de lo que es real, a vivir desde nuestra propia verdad y nuestro propio camino individual, nos lleva a conectar de manera profunda con nuestra intuición y nuestra verdadera esencia o ser interior.
Es gracias a la meditación que podemos apaciguar las aguas de la mente para observar la vida desde un punto de vista imparcial, es gracias a la meditación que podemos palpar esas realidades trascendentales de la vida, y podemos sentir esas dimensiones extra sensoriales que se hallan latentes dentro de nosotros mismos.
A través de la meditación podemos realmente encaminarnos en procesos profundos de autoconocimiento para auto observarnos y transformarnos desde adentro hacia afuera.
Entonces:
¿Cómo podemos controlar los pensamientos durante una práctica de meditación?
Para responder a esa pregunta vamos a comparar a la mente con un lago, un lago con el agua turbia, o con el agua en movimiento.
Debido a ese movimiento del agua es muy difícil que puedas ver el fondo del lago, los movimientos del agua imposibilitan que puedas ver el suelo y que puedas ver tus propios pies sumergidos.
Entre más te muevas, entre más camines por el lago, más movimiento generarás y más turbulencia habrá en el agua, será cada vez más difícil que puedas ver a través del agua.
La única manera para que puedas ver el fondo del lago, es logrando que el agua deje de moverse, logrando que las ondas cesen y que el fondo sea revelado gracias a la quietud del agua.
Cuando el agua por fin este quieta, podrá observar con gran detalle y claridad todo aquello que antes se encontraba escondido o distorsionado, podrás ver sin problema el fondo del lago y tus pies.
Bueno, pues algo así sucede al tratar de controlar los pensamientos, al tratar de poner la mente en blanco.
Es inútil el tratar de luchar contra los pensamientos, cada vez que intentas no pensar, llegará otro pensamiento más
La única manera de poner claridad en ese lago mental es permitiendo que poco a poco las cosas caigan por su propio peso, que poco a poco la intensidad y frecuencia de los pensamientos disminuya y que logres entrar en un estado mental de mayor armonía, quietud y claridad.
No dejarás de pensar, no dejarás de tener ideas, pero con la práctica y la constancia si podrás observar con mayor claridad y comprensión las diferentes áreas de tu vida, pues gracias a que el ruido mental ha disminuido, tienes la capacidad de centrar tu mente y ejecutar procesos de manera más eficaz.
Los aspectos emocionales, mentales, espirituales y físicos de tu vida podrán ser gestionados con mayor facilidad y en términos generales tu bienestar se verá incrementado desde diferentes puntos de vista.
Cuando observas la vida a través de una mente agitada, observas la vida de manera distorsionada, la realidad se ve afectada de manera significativa y la neutralidad se ve desbalanceada por esas distorsiones mentales y esas aguas agitadas que van y vienen en forma de pensamientos descontrolados.
Hay que aprender a conocer a la mente, hay que aprender a calmar sus aguas y a lograr a través de la meditación el observar de manera incansable nuestros propios pensamientos.
La idea no es juzgarlos, condenarlos o justificarlos, la idea es simplemente observarlos, conocerlos y aceptarlos.
Ver cómo vienen y ver cómo se van.
Del mismo modo que con las ondas en el agua, la frecuencia e intensidad de los pensamientos irá disminuyendo, y aunque los pensamientos no desaparecerán por completo, si podrás observar la vida de una manera mucho más clara y sin todas las distorsiones que una mente agitada suele aportar.
Durante una práctica meditativa evita caer en los juegos de la mente.
No entres en conversación con los pensamientos que llegan y simplemente déjalos ir.
Observarlos, es ahí donde están las bases de la práctica meditativa.
Si quieres saber más acerca de la meditación te invito a ver el siguiente artículo: ¿Qué es meditar y cómo se hace?
La relajación durante la meditación
Para lograr un estado meditativo, lo primero que necesitamos aprender, es a relajarnos, debemos aprender a eliminar la tensión en el cuerpo físico y luego si empezar con la práctica meditativa y de introspección.
El centrar nuestra atención en la respiración es una de las mejores herramientas para calmar el cuerpo y la mente, así como también lo es la técnica del body scan, donde haces un barrido mental por todas las partes de tu cuerpo y desde la consciencia las vas relajando una a una.
Si lo deseas en mi canal de YouTube tengo una meditación guiada de este tipo que te puede ayudar a relajar cuerpo y mente para practicar de manera sencilla esta técnica de meditación.
Puedes verla aquí: Meditación Body Scan
Lo importante es lograr un estado de calma generalizado donde tanto el cuerpo como la mente estén relajados, pero no tanto como para quedarnos dormidos y sin lograr cumplir con el ejercicio meditativo.
La concentración durante la meditación
Más que pretender eliminar los procesos mentales o no pensar, el objetivo para lograr la meditación es fijar la mente en un punto concreto, ya sea en lo externo o lo interno.
Puedes empezar centrando tu atención en cosas externas, si es que se te hace difícil la concentración interna.
Por ejemplo, puedes observar la llama de una vela, un punto fijo en la pared, una flor, un vaso con agua, o cualquier otro objeto o sonido que te ayude en el proceso.
Lo importante es que logres centrar tu atención y que tu mente poco a poco vaya cesando y disminuyendo la actividad cerebral, que vayas poco a poco pasando de estar en ondas beta a ondas alpha.
Por otro lado, también puedes fijar tu atención hacía tu parte interna.
Por ejemplo, cerrando tus ojos y concentrándote en la respiración, sintiendo como entra y sale el aire de tu cuerpo, o tratando de sentir los latidos de tu corazón.
Cuando centras tu atención en los procesos naturales de tu cuerpo, entras en un estado meditativo profundo que te permite conectar de manera más directa con tu mundo interior y tu consciencia superior.
Sea cual sea el caso o la técnica que utilices para centrar tu atención, es cuestión de práctica y de tiempo el aprender a reducir el ruido mental y a traer a tu mente al momento presente.
La importancia de la meditación
La meditación es como un gimnasio para la mente, es un medio de entrenamiento para focalizar y calmar las aguas, es la herramienta perfecta para conocer y sobrellevar las distorsiones de la mente.
Y aunque al inicio puede costarnos un poco el lograr cierto nivel de relajación y los pensamientos pueden ser abrumadores, conforme vayamos avanzando en la práctica, tendremos variedad de vivencias particulares e iremos descubriendo los beneficios y la armonía que nos trae el meditar.
Llegará incluso un punto en el cual podrás sentir como la meditación es una práctica necesaria para el bienestar en tu vida.
Es un hábito indispensable para tu desarrollo personal y la evolución de tu consciencia.
Si en este momento sientes que te cuesta meditar o calmar esa charla interna de pensamientos, no te preocupes, es normal.
Ve incrementado poco a poco estas prácticas.
Empieza con 5 minutos, luego diez y así sucesivamente.
Con el tiempo y sin darte cuenta, podrás meditar sin problema alguno por el tiempo que desees o consideres necesario.
Lo importante es que realmente empieces a hacerlo.
Conclusión
La ciencia cada vez corrobora más y más los beneficios de la meditación, y si quieres saber más acerca de ellos, puedes verlos en el siguiente artículo: Beneficios de la meditación.
Recuerda, el objetivo de la meditación NO es dejar de pensar, no es detener los procesos mentales, más bien, es permitir que conozcas a la mente, la aceptes, la organices y desde ahí, te permitas conocerte a ti mismo desde puntos de vista mucho más profundos y conectados con tu verdadero ser.
Empieza a meditar cuanto antes, conviértelo en un hábito y verifica por ti mismo los beneficios que esta práctica trae a tu vida.
Esto fue todo por hoy, gracias por tu tiempo y nos vemos en la próxima.
¿Y tú, ya meditas?