Mi adolescencia fue una escuela dolorosa y llena de complejas experiencias de vida, fue un camino de aprendizaje que, a pesar de dejar profundas cicatrices, dejó también una amplia gama de conocimientos con los cuales se pueden superar las adversidades.
Viví las adicciones en carne propia, se lo que es no querer continuar con la vida, la depresión y la falta de sentido siempre estuvieron presentes y toque fondos en los que varias veces me senté a negociar con la muerte misma.
Hoy, agradezco cada una de esas experiencias sufridas y pongo al servicio de otros todas las herramientas y conocimientos que adquirí a lo largo de mi vida